Qué fácil es tirar la piedra para esconder después la mano, qué fácil es esconderse tras una máscara y decir cosas que no se sostienen por sí solas, desacreditar a una institución, a unos profesionales...
Me he sentido muy dolido por que me toca de cerca, creo saber quién está tras esas intenciones, me apena ver que de poco sirven en ocasiones las lecciones, los consejos, el tiempo invertido...
Todo tirado por la borda, un tiempo perdido, una lástima...
Es mucho más valiente quitarse esa máscara, defender y exigir tus derechos, dar tu opinión. Seguro que no hará ya falta tirar la piedra ni esconderse... Y si aún así no eres oído, ve más allá, pero siempre desde la sensatez, desde la ética.
Espero que estas reflexiones te hagan recapacitar.
